lunes, 5 de febrero de 2018

Estados Unidos. El gran eclipse




De nuevo han pasado los meses sin ninguna publicación en el blog, en lo que viene siendo la tónica de los últimos años. Como ya nos pasara en Canarias, el clima en Benicarló no está ayudando a poner las cosas al día; o está demasiado bueno para quedarse en casa, o hay olas,  que para Dani (el que escribe estas líneas)  son prioritarias en estos tiempos... Mientras, las fotos continúan acumuladas en carpetas provisionales esperando a ser revisadas y ordenadas y el blog está en sus horas más bajas. Hace dos meses o así había intentado hacer un resumen del último viaje, con la intención de dar una visión global y luego entrar en detalles en posteriores entradas. Revisando dicho resumen y viendo lo que ya hay subido de fotos, hacer el viaje completo en una sola entrada se haría excesivamente largo...y mantendría este blog sin publicaciones como mínimo varias semanas más, si no meses. Así que al final tomaremos la opción intermedia de publicar (después de arreglar un poco el texto) lo que hay de momento y hacer una segunda entrada más adelante. Sin más preámbulos, vamos a ello...

Nuestro gran viaje de este año (bueno, el pasado cuando escribimos) tenía como objetivo principal (o escusa)  la observación del 'Gran Eclipse Americano'.



El 21 de agosto, la sombra de la Luna cruzaría todo Estados Unidos de banda a banda. Lo cierto es que ya habíamos visto un eclipse total antes, en Isla de Pascua, pero entonces fue de pura chiripa cósmica, sin ninguna preparación previa.
 Este caso era distinto. Volviendo atrás a 1999, Dani y su tío, también Dani, compartieron el eclipse total de aquel año...bajo un montón de nubes. Se hizo oscuro, pero verse. lo que es verse, no se vió... Aquel verano, mirando el listado de eclipses futuros, el entonces lejanísimo 2017 se convirtió en un objetivo, una fecha marcada en el calendario.
Y aquí nos tienen que llegó el año señalado y comenzamos preparativos, incluyendo al tío de Dani y más gente que podría estar interesada.
Lo cierto es que planificar un viaje a Estados Unidos es más fácil de decir que de hacer. Muchos de los lugares emblemáticos del país tienen una política de reservas que exigen mucha previsión y planificación, algo que a nosotros no nos va mucho. Si añadimos un eclipse total de sol, la cosa se complica mucho, porque los lugares más atractivos están reservados con años de antelación. Y si además se nos unía gente aumentaba la complejidad...
No entraremos ahora en detalles organizativos. Marián consiguió organizar dos intercambios de casa. En los parques, reservamos sólo en los imprescindibles, como Yosemite, Grand Canyon, y ya en grupo, Yellowstone. Renunciamos a ir en autocaravana, optando por la más versátil y económica  combinación cochito + tienda.  Y en cuanto a la gente tuvimos que dejar claro que la cosa era complicada y había que adaptarse.
Al final N. Dany nos falló. Tendremos que esperar a otro eclipse para repetir esta foto del anular del 3 de octubre de 2005 en Villargordo del Cabriel. 

Comenzamos el relato de nuestro mes y medio en Estados Unidos. Si viajando se eliminan prejuicios y estereotipos, esto ha sido especialmente cierto en esta ocasión. En vez del 'país que votó a Trump', nos encontramos con gente amable, agradable y abierta y con algunos de los paisajes más espectaculares del planeta...Reconocemos que volvimos enamorados de 'America'.



14 julio (2017)  NOS VAMOS A AMÉRICA:


Un vuelo de cosa de 13 horas nos lleva directamente a San Francisco, después de cruzar tierras árticas y todo el subcontinente americano
Tierras polares

SAN FRANCISCO  

Se trata de nuestro primer campo base. Nuestro primer objetivo es llegar a casa de Jenny y Ravi, con los que tenemos un intercambio en 'Homexchange' (¡ellos están en Benicarló aproximadamente en las mismas fechas!) El barrio es super agradable y la casa un encanto:
Vistas desde nuestra terraza 
Estamos en esta agradabilísima ciudad casi una semana. Además de visitar todo lo típico, nos da para mucho más, que contaremos alguna vez que entremos en detalle. Basten de momento unas fotos de muestra:
- Calles inclinadas y rascacielos






-Alcatraz en la Bahía de San Francisco... no fuimos, pero la vimos desde todos los ángulos:

-Los tranvías:
Estos, los más antiguos, los mantienen como atractivo turístico, con colas excesivas para lo corto del paseo; nosotros nos subimos a los normales de línea...
-Casitas y barrios:

- Historia colonial, de cuando San Francisco era una misión española en el fin del mundo...
El edificio más antiguo de San Francisco, la Iglesia de la Misión Dolores (fundada en 1776) (En primer plano, la de atrás es más reciente)

- Los leones marinos en el Pier 39 (Fisherman's Warf):

- Por supuesto, el Golden Gate, visto desde todos lados y cruzado en ambas direcciones...
Con niebla
Desde la playa

Desde al lado...
Lo que no esperábamos era ver ballenas justo debajo, desde la barandilla:
Yubartas, Megaptera novaeangliae

También asomamos a los atardeceres del agreste Océano Pacífico, en la banda de la cuidad que da hacia allá:

¡Aquí las yubartas nos montaron un espectáculo!
La mañana que nos despedimos, con mucha pena, de San Francisco y su aire fresquito, asomamos de nuevo a la playa, por si había que despedirse del Océano...


Comienza la ruta:

Nuestro siguiente gran objetivo era el Yosemite, pero como teníamos cochito alquilado y unos días de margen antes de llegar al campamento que teníamos reservado, hacemos algo de ruta por los alrededores de San Francisco:

- Valle de Sonoma:

Suena bien, pero estábamos tan cómodos en San Francisco que nuestra primera incursión hacia el interior no nos entusiasmó: vale, el paisaje de viñedos era bonito y comimos en un restaurante agradable en un minipueblo americano, pero buscar alojamiento se puso complicado, si conduces no puedes ir de vinitos, y el calor es bastante más aplastante que la agradable temperatura de la ciudad.

Salvamos el día acabando en un campamento en una Reserva Estatal:

Nuestra tiendita estrenando el continente
norteamericano

La mañana siguiente prometía. Visitamos un magnífico bosque de 'coastal redwoods' (Sequoia sempervivens), el motivo principal de la reserva:
Bosque de Sequoia sempervivens, (coastal redwood) en el Armstrong Redwoods State Park


Sequoia sempervivens es el árbol más alto del planeta ( pero el más grande  es otra especie que veremos un poco más adelante)
Los árboles de esta reserva son `normalitos', y aun así impresionan:
Con las medidas americanas hemos topado: altura 308 pies, diámetro 14,6  pies, y edad aproximada de 1400 años...Traducimos : 94 metros de alto y 4,27 m de diámetro...  ¡¡!!

Aunque nos habíamos despedido, volvemos a asomar a la costa pacífica, antes de irnos definitivamente hacia el interior...






En la roca más grande de la foto de arriba descansan leones marinos( Zalophus californianus )

El día se nos complicó algo... habíamos escogido la ruta costera para visitar un parque natural con el que no conseguimos dar después de seguir una carretera de interminables curvas. Obligados a continuarla, cuando llegamos finalmente a una playa, el parking estaba totalmente abarrotado y sin ninguna posibilidad de aparcar el coche. Decididos a continuar ruta acabamos en un atasco monumental a las afueras de San Francisco...nos pasaron más cosas, pero las contaremos en un relato más detallado en otra ocasión. Las cosas sólo empezaron a mejorar a última hora de la tarde, cuando por fin el 'navigator' nos llevó a un Walmart. Era una visita indispensable para avituallarnos a precio asequible de todo lo que necesitábamos para nuestra odisea americana en plan tiendita por parques nacionales...
Víveres para varios días, sillas de camping a 4 dólares, y hasta una mesa (que al final devolvimos en otro Walmart a dos estados de distancia porque en todos los campings tuvimos mesita incluida en la parcela)
No sólo conseguimos hacer compras, un buen trozo más adelante, y bien de noche, encontramos un clásico motel americano que nos salvó la noche a unos asequibles 75 dólares (sí, América resultó carilla...)

Nuestro motel en Escalón, a medio camino del Yosemite
Lo cierto es que a partir de aquí el resto del viaje fue sobre ruedas (no sólo en el sentido literal de ir en coche, sino que todo mejoró notablemente) Para muestra nuestra llegada al

YOSEMITE

uno de los Parques emblemáticos americanos...

Nuestra primera asomada al valle de Yosemite
Habíamos llegado a este parque nacional un día antes de lo que habíamos reservado. Y reservar en los parques nacionales más populares es bien complicado: meses antes estuvimos sentados frente al ordenador en la fecha y hora concreta en que se abren las plazas en los campings...no sabemos si nos liamos con los husos horarios americanos o si el Yosemite es como las 'Comiccons' a las que se quieren apuntar los protagonistas de Big Bang Theory (los seguidores de la serie saben de que hablamos) , lo cierto es que cuando accedimos a la webb de reserva ya no quedaba NADA dentro del valle, y sólo dos o tres plazas, y no muchos días, en uno de los campings justo fuera (pero dentro del Parque Nacional) En fin, en aquel momento agarramos lo que pudimos, tres noches en 'Crane Flat' , que resultó estar en nuestro camino hacia el Valle. Sólo por si acaso, pasamos por recepción a preguntar si habría alguna plaza libre, y sí, nos hicieron un hueco en una parcela donde no se habían presentado sus dueños (eso sí, una noche, al día siguiente nos tenemos que ir a nuestra plaza, que está todo 'FULL BOOKED' , vamos, lleno)   Nos instalamos y nos vamos al Valle:

Marián contenta porque estamos al pie del 'Gran Capitán' ...y  porque conseguimos un hueco para aparcar el coche
El valle está hasta los topes de coches, gente y guaguas circulando (hay un servicio que une distintas zonas, si no sería el acabóse) Pero el paisaje es tan majestuoso que pronto se olvidan las masas...

Grandes cascadas cayendo  de los riscos verticales (Upper Yosemite Fall)
Lo cierto es que las grandes masas se evitan relativamente rápido internándose por los senderos. Pasamos tres días de rutas disfrutando de este espectacular paisaje granítico:


y de las noches en 'Crane Flat', que a la vista de como estaba el valle, resultó ser una magnífica alternativa, más tranquila y fresca que los abarrotados campings más abajo.
Nuestra primera parcelita. Terminamos cenando con nuestros vecinos,  Erik & familia, salvadoreños de origen, afincados en California; nos invitaron a frijoles y nachos, y probamos las 's'more ' unas nubes pinchadas en un palo, quemadas al fuego, que se comen en una galleta con chocolate. Lo habíamos visto en alguna película, y  luego descubrimos que se vende el kit completo en todas las tiendas de camping...Una velada fantástica, ¡Un saludo y gracias desde aquí!


Una gran excursión:
Nuestro tercer día nos levantamos bien temprano, decididos a hacer una excursión altamente recomendable. Empezamos a caminar a las 7 de la mañana, única hora a la que la temperatura y la posición del sol hace razonable subir el 'four mile trail': (cuatro millas es la longitud, unos 7 km, el desnivel que se salva es de casi 1000 metros...pero allí te lo dicen en pies: 3200 feet)


Empezamos en el fondo del valle, unas dos horas más tarde estamos en las alturas contemplando el enorme surco creado por los glaciares cuaternarios...
En unas tres horas de ruta a ritmo suave pero sin pausa, llegamos a los espectaculares miradores de 'Glacier Point'
Valle de Yosemite desde 'Glacier Point' a 2200 metros sobre el nivel del mar.  El risco redondeado  de la izquierda es el 'Half Dome', uno de los hitos del parque. 
Continuamos ruta por otro sendero de descenso, el 'Panorama Trail', que hace honor a su nombre y continuando por el 'Muir Trail' (todo está bastante bien indicado) nos conduce a varias cascadas espectaculares:

Nevada Fall
En este descenso, vemos nuestro único oso en el Yosemite:
American Black Bear, Ursus americanus Haberlos, haylos y ya se encargan en los parque nacionales  de dejarlo claro: normas estrictas en los campings sobre el almacenaje de comida (todo en un armario metálico que hay en las parcelas, nada en el coche), carteles advirtiendo que nada de darles de comer (de hecho, los osos que aceptan comida de humanos, son sacrificados) y sprays anti-oso de venta en todos lados...Te crean una psicósis con el tema que luego no es para tanto: la probabilidad real de encontrar uno es escasa tirando a remota (y además huyen de los humanos escandalosos) 
La ruta es larga (invertimos unas 6 horas desde Glacier Point, contando las numerosas paradas) pero realmente espectacular. Si hacemos una entrada más detallada, les podremos más fotos. Pero en este resumen hay que avanzar: al día siguiente nos despedimos del Yosemite desde Túnel View...



LAS GRANDES SEQUOIAS

Como Mariposa Grove (un bosque de sequoias en el Yosemite) está cerrado durante un año por acondicionamiento de los senderos, nos desplazamos una buena kilometrada hasta los árboles más grandes del planeta:

Bosque de Sequoiadendron giganteum, en el Sequoia National Park. Observen que Marián está en el sendero, a la misma distancia que el tronco de la derecha...


Un gigante arbóreo: 81m de altura y 12 metros de diámetro, el 'General Grant'
Dormimos en un camping a un escaso kilómetro de estos gigantes -aquí sin reserva previa, pero hay hueco-

A la mañana siguiente visitamos un árbol aun más bestia:
Marián a la izquierda para una referencia...y ahora está más cerca


Se trata del 'general Sherman': teóricamente el ser vivo más grande (en masa) del planeta: 83 metros de altura y 11 metros de diámetro...

Es difícil darse verdadera cuenta de las dimensiones de estos árboles, todos los de la zona son tan enormes que no encuentras elementos de comparación: estamos en el 'Giant Forest' y hace honor a su nombre...
Camuflado, Dani está en medio.
Pasamos unas horas haciendo una ruta a los pies de decenas de árboles realmente monumentales

Pero América es grande, como sus árboles, y hay que moverse. Unos cientos de millas nos separan del siguiente objetivo, el famoso 'Valle de la Muerte'

La distancia es tanta que hay que parar a comer a medio camino, en un lugar llamado Tehachapi, en el desierto de Mojave... 

Nos quedamos a las puertas. A riesgo de llegar de noche cerrada y no encontrar nada dentro del Death Valley paramos en el último lugar representado por un punto en el mapa (Olancha, que resulta ser una gasolinera y tres moteles...) y encontramos una habitación en el único que no estaba completo
Motel de carretera rústico en Olancha. También cabía la posibilidad de acampar, pero como no teníamos claro cuando volveríamos a pillar una cama, optamos por la habitación...


Desierto en Olancha, al pie de las montañas de Sierra Nevada, cordillera que culmina en el Mount  Whitney (fuera de foto, 14494 pies= 4420m) , el pico más alto de los 48 estados continuos (Alaska es más alta)

Bien temprano, pero no todo lo temprano que tendría que haber sido, nos vamos al


DEATH VALLEY

Un vistazo a Sierra Nevada, y quizá al Whitney en medio antes de entrar en el Valle de la Muerte...

Dunas de arena. Mesquite Flat. Aun es temprano pero la temperatura comienza a subir...



Después de cruzar unos cuantos pasos de montaña, se entra en el valle propiamente dicho, una planicie a nivel del mar, a pesar de estar a 300 km de la costa, rodeada de montañas lejanas y de una aridez extrema

Death Valley
Sobre las diez de la mañana (en el límite del cartel) tenemos aun el valor de adentrarnos en un barranquillo : el Golden Canyon, donde hay una pequeña excursión. Vamos bien arrimados a la sombrita...el termómetro está por encima de los 100º Fahrenheit...( sí, teníamos problemas para saber cuánto era eso, pero era evidente que era mucho calor...)
En cualquier recoveco del barranco Dani esperaba encontrarse la réplica de la Viking que probaron por estos lares...

Continuamos aun más adentro y abajo:
 'Devil's Golf Course' (campo de Golf del Demonio) Una enorme llanura cubierta de placas de sal que  los cambios bruscos de temperatura han convertido en un caos de aristas afiladas. Mientras el sol calienta se oye el crujido metálico de los cristales de sal rompiéndose en el silencio sofocante del desierto...

Seguimos hacia el fondo. Badwaters ('aguas chungas') es el punto más bajo de todo el continente norteamericano. Estamos a 282 pies bajo el nivel del mar (-85 m)

Y en lo más bajo de todo, un charco de agua hipersalina. No son filtraciones del océano, que está lejísimos, sino consecuencia de la geología de la zona y la extrema aridez que presenta esta llanura rodeada de montañas que no dejan pasar nubes de ningún lado... 
En Badwaters un enorme salar cubre el fondo del Valle. Dani se adentra un trozo a 115º Fahrenheit...( ¡¡ 46º C !!)


Los paisajes espectaculares y desoladores de este lugar del mundo darían para una futura entrada fotográfica. Nosotros nos echamos un fresquito y una hamburguesa en Furnace Creek (única población del Valle, turística y con restaurantes y aire acondicionado) y continuamos continente adentro, no sin antes echar una última asomada a temperaturas infernales:
Vista del Golden Canyon desde Zabriskie Point
Nuestro siguiente destino natural debería haber sido Las Vegas, pero los precios de los hoteles se disparan en fin de semana y estamos ya a jueves (27 de julio), así que ya habíamos remodelado los planes de ruta. Saliendo del Death Valley también salimos del estado de California. Cruzamos el extremo sur del de Nevada, pasando lo suficientemente cerca de Las Vegas como para ver sus disparatados edificios en medio del desierto y continuamos hasta entrar en el fantástico estado de Utah...y por la puerta grande:

ZION NATIONAL PARK

Estela y Toño en Benicarló nos habían recomendado mucho este parque nacional. Y ya en la aproximación entendimos porqué. Los colores rojizos de las areniscas de Utah nos reciben. A la llegada al Zion Canyon ( después de un buen trozo de camino, casi 200 millas, y las millas engañan,  son casi 350 km) nos encontramos con una especie de miniMaspalomas muy turística, pasada la cual está la entrada al parque nacional y varios campings. Sin reserva y en fin de semana la cosa no pintaba bien, pero nos dan un hueco en una parcela para grupos donde no se habían presentado.  El cielo de Utah es espectacular y la temperatura calurosa de día es agradable por la noche. Dani pasa la noche al aire, haciendo sesión astronómica...
Vía Láctea en la zona del Triángulo de Verano (Cygnus, Lyra y Aquila)


Amanece en Zion.
En Zion hay varias opciones de excursión. Es un barranco que se va estrechando. Para evitar colapsos de coches, guaguas frecuentes sirven todo el recorrido del valle, parando en puntos de interés y comienzos de ruta. Una excursión muy popular es la subida a Angels Landing, con un importante desnivel y que lleva a un enorme risco-mirador sobre el cañón. Pero nosotros optamos por la aún más popular excursión por 'The Narrows' (los estrechos). Popular hay que reconocer que lo es:

Donde acaba la carretera, al fondo del barranco, comienza un sendero que lleva a donde las paredes se  encañonan. A partir de aquí hay que caminar por dentro del agua...junto con una marabunta de turistas...
Vale, hay mucha gente, pero es divertido y no le resta espectacularidad al cañón. Y a medida que se sube, aunque nunca llegas a estar sólo del todo, la cosa se va tranquilizando. Y el agua está fresquita, que con el calor de final de julio se agradece...

Casi solos en medio del Zion Canyon
Recorridos los 'Narrows', hacemos algunas paradas en la guagua del parque.


Decidimos continuar camino esa misma tarde. El paisaje saliendo del Zion es tan espectacular como el propio parque:

Capas de arenisca en los altos del Zion
ARIZONA

Sorteando tormentas del desierto, cruzamos el río Colorado a la altura de Page. Sin parar apenas porque queremos llegar antes de que oscurezca, nos dirigimos a un mirador popular con vistas al río. Al atardecer el parking está lleno de coches y el reborde del risco, un kilómetro más allá, está a rebosar:


Claro que la espectacular vista hacia el 'Horseshoe Bend' bien merece una larga asomada...

Lo malo de quedarse a ver atardeceres mágicos en la nada cuando no se tiene nada reservado es que luego tuvimos que dar vueltas para encontrar donde dormir. De camino habíamos visto algunos campings antes de llegar a Page, así que reculamos y probamos. Al primero llegamos y nos lo encontramos lleno. Otro resultó estar en medio de la nada más desangelada, llegamos a la zona de acampada por pistas de arena de noche cerrada y parecía más un campo de refugiados que otra cosa. Pero teníamos hueco y plantamos la tienda cerca de la orilla de lo que sabíamos que era la enorme presa que forma el lago Powell...
Por la mañana todo mejora, y aunque el aspecto de campo de refugiados no cambiaba el lugar dio hasta para un baño antes de continuar.

A orillas del Lake Powell

Un enorme muro de contención en el río Colorado hace de presa para el lago, que se extiende más de 100 km río arriba...

Cosas de la improvisación. Cerca de Page, en tierras de la Nación Navajo, está el Antelope Canyon. El lugar se ha vuelto tan popular desde que apareció en una portada de 'National Geographic' que ahora hay que reservar con meses de antelación para poder ir, o al menos así te lo recomiendan en todos los sitios que miramos. Esto casa poco con nuestro estilo de viaje, aunque en este nos lo habíamos tenido que currar un poco más de lo habitual: a parte de la reserva de camping en el Yosemite teníamos también para patear y dormir dos noches dentro del Grand Canyon y varias noches en Yellowstone...y nuestros intercambios de casa, pero ya está. La cosa es que al ir a desayunar paramos primero en una agencia de las que organiza tours al Antelope (única manera de que te dejen ir al dichoso barranquillo de la foto), sólo por curiosidad,  y va y resulta que tenían un hueco para la siguiente salida, en cosa de 40 minutos. Dicho y hecho, nos hacemos un desayuno exprés y nos vamos pa'llá:

Antelope Canyon donde la foto de NationalGeographic
Un guía navajo nos lleva al grupo, unas 20 personas, por el estrecho cañón, realmente bonito. No sólo eso, sino que nos va diciendo dónde poner exactamente el móvil para hacer las fotos. Tuvimos suerte con ir temprano. Después de recorrer el estrecho cañón con tranquilidad, se recula de nuevo hacia la entrada, cruzándonos con los grupos que vienen más tarde. El lugar entonces parece un zoco de Marrakech en hora punta. También se ve que a esa hora empieza a entrar un rayo de sol en el recoveco de la foto de arriba que es el que sale en la foto famosa...con la polvasera que levanta tanto trasiego en efecto el rayo de luz debe ser bien visible, pero hay tal multitud apiñada con sus móviles esperando a que el rayo entre, que apenas se cabe... A nosotros el guía nos saca, para alivio de claustrofóbicos...
Los cochitos de nuestro tour nos esperan para devolvernos. Nos cuenta el guía que tuvieron que prohibir el acceso libre porque desde que la gente comparte fotos por Facebook e Instagram el lugar se convirtió en un auténtico circo...

De nuevo por carretera. Y si en la lejanísima Maupiti (Polinesia Francesa) habíamos descubierto que las nubes pueden ser verdes, en Arizona vimos que por el mismo efecto, pueden ser coloradas:
La fotografía no transmite exactamente la sensación. Pero la barriga de las nubes en Arizona reflejan el color del desierto, y llama la atención...
El paisaje se va haciendo verde a medida que nos dirigimos hacia Flagstaff. Dani reconoce rápido el cambio de geología. En medio de una llanura de areniscas aparecen varias montañas claramente volcánicas...

Nos acercamos a la más reciente  de todas ellas, el 'Sunset Crater', una erupción a la que se le calcula menos de 1000 años (puede parecer mucho, pero las areniscas del desierto de Arizona tienen del orden de 300 millones de años)

Pero el objetivo es Flagstaff, una pequeña y agradable ciudad del norte de Arizona, puerta de entrada al Grand Canyon. Pero todos los amigos frikis de Dani saben que este lugar es parada obligatoria, casi un lugar de peregrinación...

Calle principal de Flagstaff
Hay dos motivos principales. El primero hay que apresurarse, después de conseguir habitación, porque está a unas 40 millas, y hoy sorteando tormentas...


Se trata de un cráter, pero no cualquier cráter. Estamos asomados ante el famoso (en el entorno de Dani) Meteor Cráter de Arizona:

Aunque tenga un aire a Caldera de Bandama, el origen de este agujero fue un impacto de meteorito relativamente reciente (entre 5000 y 50000 años atrás) Se trata del cráter meteórico mejor conservado de nuestro planeta, un mundo donde la tectónica de placas borró hace eones toda huella de los abundantes impactos de la historia temprana del sistema solar y la erosión tampoco tarda en camuflar y luego eliminar los pocos más recientes...

Y el segundo de vuelta a Flagstaff: es imprescindible la visita al Observatorio Lowell. Para los no entendidos, Percival Lowell fue un señor de finales del XIX y principios del XX muy interesado en la astronomía. Fue uno de los protagonistas de uno de los episodios más curiosos de la historia de la investigación planetaria: la fiebre por los Canales de Marte que sacudió el mundo de su época...La historia está magníficamente contada por Carl Sagan en el episodio 'Blues para un planeta rojo', (15 primeros minutos del enlace)  de la serie Cosmos...Y para los que tampoco lo sepan, decir que Cosmos fue una serie que marcó a toda una generación de astronomitos en potencia allá por los 80, incluyendo a Dani, su tío, y sus colegas frikis (con cariño) mencionados más arriba...

El telescopio de Lowell, el mismito que aparece en Cosmos.  Esa noche estaba nublado (ya vieron las tormentas) pero si no hasta dejan echar un vistazo...

Dibujos de Percival Lowell mostrando los 'Canales' en Marte.  Si todavía hablamos de 'marcianos', fue por estos dibujos...

Pero para el común de los mortales, Flagstaff es solo la antesala de un espectáculo grandioso: Asomamos al

GRAND CANYON

Junto con la observación del 'Gran Eclipse' ( que en realidad era excusa, no objetivo ) si había algo que no queríamos perdernos en este viaje, era este lugar. Y aunque la foto de impresión de Barranco de Fataga, se trata de un Barranco de Fataga realmente grande:

No es Fataga. Estuvimos allí: en el GRAND CANYON
Ya saben que cuando vamos a un sitio emblemático, no nos limitamos a echar una asomada y salir corriendo...Aquí tenemos planeados unos días. La primera tarde es de toma de contacto. Una guagua permite moverse por un buen trecho del borde, que también se puede recorrer a pie. Nosotros combinamos ambas cosas. Al atardecer la luz rojiza hace el paisaje mágico:



El río Colorado, allá abajo...

Pero antes de asomar también tuvimos que hacer gestiones. Dijimos más arriba que de lo poco que habíamos reservado era nuestra incursión en el Gran Cañón: Sí, fue con tres o cuatro meses de antelación; y la gestión es un tanto truculenta, con un permiso que se tiene que pedir por fax, no por e-mail, rarezas de la administración americana...y que si hay mucha gente se otorga por sorteo. Vayan y envíen ustedes un fax a América para que les de la risa... tuvimos que recurrir a una amiga de una amiga (¡gracias a las dos  ! ) para que nos lo enviara desde USA. Así que nos hizo mucha ilusión cuando recibimos un correo cuyo asunto era 'Congratulations'
Pues teníamos permiso, pero de nuevo llegamos con un día de antelación, así que nos fuimos a la oficina que los gestiona, a ver si nos podían adelantar un día todo. No hubo ningún problema, abajo en el cañón no había falta de hueco en estas fechas (luego descubrimos porqué) y de paso nos recomendaron un cambio de acampada para la segunda noche. Ah, y para dormir esa noche, pues que probáramos en los campings, y que si no encontrábamos nada, que buscáramos cualquier hueco escondido para plantar la tienda, que tampoco pasaba nada...

En fin, que hubo sitio en uno de los campings de cerca del borde. Y a la mañana siguiente, siguiendo a rajatabla los consejos de la ranger, nos plantamos a las 5 de la mañana en la parada de la guagua que te lleva al inicio del 'South Kaibab Trail', nuestra ruta de descenso al fondo del cañón...

En esta época (estamos a 31 de julio) recomiendan bajar a primerísima hora de la mañana...

Primeras lazadas del Kaibab Trail

La bajada es también un viaje en el tiempo. Las rocas del borde superior rondan los 200 millones de años, las del fondo, cerca de 1000 millones...

Se desciende desde los 2195 metros a los que se encuentra el inicio del sendero, hasta los 760 m del fondo. Más de 1400 metros de desnivel. Se bajan relativamente rápido, pero el calor aprieta pronto, haciéndose casi infernal allá por las 10 de la mañana...Cuando llegas abajo, se cruza un puente colgante sobre el Colorado, para llegar al campamento de Bright Angel. Éste está situado en la desembocadura de un barranco lateral que viene desde el norte. Montamos tienda junto a un arroyo y sólo nos movemos de allí, y nos cuesta, para ir al bar con algo de aire y cervecitas que hay algo más arriba. Sólo a media tarde nos vamos a pasear un poco por el barranco. De todos los lugares del planeta, y aunque geológicamente no tenga nada que ver, lo más parecido al barranco de Bright Angel es... Tasartico (en el árido SW de Gran Canaria), un día de calor sahariano...
Tasartico, perdón, Bright Angel, en el fondo del Grand Canyon
Sólo se reposa del calor sofocante (y ese es el motivo por el que no hay problemas de plaza en el fondo del cañón en esta época) cuando cae la tarde y se puede uno ir a la orilla del Colorado a remojarse los pies (pero no a bañarse, el agua está helada y la corriente es muy potente) y sobre todo por la noche, bajo un cielo imponente...

Cassiopeia sobre el Gran Cañon del Colorado...
Nuestra idea original, afortunadamente eliminada de nuestra cabeza por la ranger que nos atendió arriba, era pasar dos noches en el fondo del cañón para luego ascender en una jornada. En su lugar, la chica nos recomendó hacer la subida en dos etapas, pasando la segunda noche en el camping de 'Indian Garden'. De nuevo a primerísima hora de la mañana nos ponemos en marcha. Nuestro sendero de subida es diferente al de bajada, por el 'Bright Angel Trail'. Comienza siguiendo un tramo de la orilla del Colorado...

Echando un vistazo atrás unos amenazantes rayos solares nos animan a salir rápido del fondo de aquel agujero...

La subida es rápida, y a esas horas bastante sombreada, pero ganando altura termina por salir el solajero...
A medio camino...
Lo cierto es que a media mañana ya estamos en Indian Garden, un auténtico oasis dentro del Grand Canyon. Es factible subir en un día hasta el borde, pero nosotros no tenemos la más mínima intención. Aunque el lugar también es caluroso, no llega al extremo de abajo (donde debimos superar los 40º ) Hay sombrita y algún charquillo donde remojarse (pero no hay bar como abajo) A media tarde se puede salir a dar una vuelta por los alrededores:
Indian Garden
Un paseo de una horita, bastante plano, lleva a 'Plateau Point', un mirador natural sobre el abismo del Cañon, y quizá uno de los lugares donde mejor apreciamos las dimensiones reales de este gran surco planetario...


El río Colorado desde Plateau Point
Y el tercer día nos toca subir hasta el reborde superior del Cañón...es aun un ascenso de 800 metros de desnivel...

Pero despacito y con alguna pausa, a todo se llega:

¡Prueba superada!¡Marián&Dani bajaron y subieron el Cañón del Colorado!

¿ Y que nos habíamos preparado como premio? Pues dos noches de lujo en el Bellagio, un cinco estrellas de

LAS VEGAS


La vista desde nuestra habitación
...y de momento, 'lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas'...Bueno, les contaremos. Pero será en la próxima entrega, ¡esperemos que pronto!

( to be continued )